¡Hola! Esta entrada de blog, tal vez les parezca un poco rara, si, tal vez, pero es que el fin de semana, mi mente no me dejaba en paz. Tantas veces me ha pasado algo con mi camioneta, que no creo ser la única mujer que le sucedan tantas cosas con su auto.
Me refiero a las mujeres en específico, porque, en teoría, los hombres tienen mucho mayor contacto con los automóviles. Pero, también sé que a dos tres personas, les será de utilidad.
No malinterpreten, esto, no es un manual de mecánica, no, claro que no. Simplemente son unos consejitos para que tomen en cuenta sobre las cosas vanas y sencillas de un automóvil.
1. Checa el agua del radiador. Si, como me dicen unos amigos por ahí, tu automóvil necesita agua, jeje. El líquido verde que puedes encontrar en el Autozone, o en tiendas de autoservicio se llama anticongelante, y ese va directo al radiador, debes checar que siempre traigas la cantidad suficiente en el depósito de tu automóvil. Es una de las principales razones por las que tu auto puede calentarse. Así de sencillo.
2. Tus llantas. Muy fácil y sencillo, vas a una gasolinera, y pides que te inflen las llantas a la presión que corresponde a tu carro.
3. Llanta ponchada. Sencillo, en Autozone venden unas botellas que tienen espuma, si, te ponchaste, (procura comprar uno para traerlo a la mano) pues simplemente agitas el envase, pones la manguera en el pibote y lo rellenas con esa espuma, debes recorrer aproximadamente unas 3 millas para que esa espuma se extienda por toda la llanta. Claro, es la distancia precisa que te permite para llegar a una vulcanizadora. Sencillo ¿no? nada de gatos, ni cambiar llanta.
4. Batería. Bueno, aquí para pasar corriente algunos dicen que primero el polo negativo, después el positivo. En fin, creo que ni los hombres siguen las instrucciones. Así que de un carro con batería, conectas tus cables, negro con negro, rojo con rojo, enciendes tu carro sin batería, sales corriendo a desconectarlo. Es todo, no hay miedos. Ya pasaste batería, y puedes continuar tu camino.
5. A la batería se le pone agua. Increíble ¿no? pues sí, así es, se le pone agua, y vale 10 pesos en cualquier gasolinera. Ellos mismos te lo pueden poner.
Por el momento, es todo lo que me ha ocurrido grave en mi mundo de autos, ya el revisarle el aceite, la transmisión, frenos y demás, eso, eso si es para el mecánico.
Recuerda, estos sólo son simples tips básicos, si quieres ahondar más en el tema, pues adelante. Pero esto servirá para salir de ciertos apuros.
Claro, que si tienes un hombre, alto o chaparro, guapo o feo, fornido, disponible para arreglar cualquiera de estas cosas. Amiga, olvídalo, no leas esto y disfruta de quien se preocupe por ti.
¡Bendiciones!
martes, 30 de noviembre de 2010
lunes, 15 de noviembre de 2010
Olvidar...
Habría olvidado porque era así. ¡Sí! O más bien, lo he olvidado. O tal vez, lo hubiera olvidado. ¡Bah! Tan sólo un juego de… ¿conjugación de un vano e irreflexivo verbo? El caso es que la palabra “olvido”, recobra vida a un “ahora lo recuerdo”. Recuerdo esa insensibilidad, frialdad, esa mirada fulminante hacia un “todo bajo control” y “no preguntes”. Quizá no le habría puesto la debida importancia, ¿para qué? Después de todo, ya pasó, se terminó, se fulminó, caminó hacia otro lado, hacia el lado opuesto. Pero no es así. ¡Qué inocencia pensar que no habría tenido sus consecuencias! Si, las consecuencias de un “sale el sol después de la tormenta” pero también con el sol, hay luz, y se ven más claras esas heridas.
¡Qué cosas se reviven! ¿Qué sabes tú de todos esos sentimientos? Del rechazo, control, temor, tristeza, melancolía, frialdad… De esa mirada furtiva sin respuestas, sin amor, sin comprensión, sin un momento de compasión, de empatía, tan egoísta… incluso hasta el final.
Sin poder si quiera gritar o decir, ¡No es justo! Sin poder preguntar: ¿Por qué?
Y ahora, es como la misma historia, una y otra vez. Intentando encontrar la esperanza, el “esta vez será diferente”, ¡ese positivismo que no se termina! y lo único que encuentro es, la misma frialdad, la misma impotencia, la misma indiferencia, el mismo egoísmo. Sí, dispuesta a escuchar historias, para saber si algún día estaré en una de ellas… Pero no, sólo descubro que soy un buen reflejo de cada historia, una buena consejera, y alguien que sabe escuchar, comprender, callarse, tener empatía, entender, y nada más… no hay más que eso… nada más allá… sólo una buena persona consolando y escuchando atentamente, llena de melancolía, impotencia, soledad y lágrimas…
domingo, 14 de noviembre de 2010
Sin Derecho...
Sin derecho a preguntar...
Sin derecho a pedir...
Sin derecho a averiguar...
Sin derecho a sentir...
Sin derecho a enojarse...
Sin derecho a responder...
Sin derecho a reclamar...
Sin derecho a llorar...
Sin derecho a la expectativa...
Sin derecho al futuro...
Sin derecho a formalizar...
Sin derecho a conocer...
Sin derecho a reír...
Sin derecho a confiar...
Sin derecho a observar...
Sin derecho a mirar...
Sin derecho a desear...
Sin derecho a observar...
Sin derecho a mirar...
Sin derecho a desear...
Sin derecho a nada más...
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Recordar...
Recordar, es una acción que normalmente hacemos cuando estamos melancólicos.
Muchas veces recordamos bellos momentos, los repasamos una y otra vez por nuestra mente, en busca tal vez de respuestas, de consolación, de emoción, de tristeza... muchos sentimientos se pueden desprender de los recuerdos.
Hay gente que dice (o incluso canta) "Ya lo pasado, pasado, no me interesa" lo cierto es, que el pasado, si es necesario, el pasado define lo que eres en el presente, pero en el presente decides que será de tu futuro.
El pasado, puede llevarse como una carga constante, y puede llegar a ser una carga muy pesada. Sentimientos, relaciones rotas, cosas sin concluir... son barreras, que muchas veces no nos dejan avanzar.
En este sentido, el pasado se vuelve algo negativo para poder proseguir. No es que dejes tu pasado atrás y lo olvides totalmente, es simplemente que le des la importancia que se merece (lo que indica su nombre) PASADO.
El Pasado nos sirve para entender el presente y bueno o malo, es el ¿porqué? de lo que somos ahora.
El pasado lo podemos utilizar como medio de recordar, lo que hemos logrado, de las que nos hemos salvado, lo que he avanzado, lo que he aprendido, las experiencias que he adquirido, vemos como cada problema que hemos tenido se ha resuelto, de alguna u otra manera, nuestras buenas y malas decisiones, cobran vida en: nuestro presente.
Así que, la próxima vez que recuerdes cosas del pasado, no lo dejes en simple melancolía y en el hubiera... mejor, recuerda aquello que te ha servido para ser la gran persona que eres hoy, y decide, en base a esa experiencia, lo que mejor convenga para tener un futuro lleno de buenas razones para recordar el pasado.
Construir tu futuro, edificando lo mejor para llegar al propósito de tu vida.
Siempre viendo hacia adelante con la mejor mirada de esperanza.
Filipenses 3:13-15 (Reina-Valera 1960)
13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
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